Desastre en la oficina

«Empieza el frío y no para de llover, pero las cosas siguen igual que hace unos meses cuando hacía sol y calor. Aún no he podido ni quitarme el abrigo cuando ya tengo un ligero mareo tras la llamada del director; ¡¡La agenda tiene que estar acabada hoy sin falta!!. Me siento en mi puesto y empieza otro día en el infierno, los recibos del SICO siguen cayendo en cascada, cada vez hay más. El teléfono se va pareciendo a un martillo neumático sonando más y más fuerte, no puedo cogerlo pero por otro lado tampoco desatenderlo. La gente, clientes y no cliente, van entrando a borbotones, la cola se va alargando y la cara de los que esperan expresan todo menos simpatía. Y ahora un mandamiento judicial, fotocopia, bastanteo, datos telefónicos y cuando esté dictaminado a llamarlos para que vengan. Todo ello sin descanso, la cola de clientes sigue inalterable, son caras distintas pero con las mismas urgencias.

Cuando consigo respirar un poco, olvidé ya los días que podía hacer una pausa y salir a tomar un café, me traen un recibo de no sé qué organismo que no sé gestionar y tengo que llamar a alguna oficina de esa comunidad para que me ayuden a pasarlo. Y los clientes de la cola muestran cada vez una cara más agria, la espera se les está haciendo eterna…

Cuando por fin tengo dos minutos sin clientes, recuerdo que tengo pendiente el archivo… lleva semanas sin que lo pueda actualizar, aunque recuerdo que desde hace tres semanas que el compañero cogió sus vacaciones aquí no han traído a nadie, pero sé que a los de “arriba”, a los Jefes esto les importa poco, solo piensan en sus objetivos, sin tener ninguna consideración por las circunstancias ni personales ni laborales de la oficina. Lo que faltaba, me acaban de convocar a un taller sobre ventas… Definitivamente tengo que tranquilizarme, no quiero volver a empezar a tomar pastillas, debo respirar hondo y relajarme, si sigo así  acabaré mal; no para de entrar gente en la oficina, los comentarios críticos y por qué no decirlo incluso ofensivos van subiendo de tono, ¡¡¡¡pero que no ven que solo tengo dos manos!!!!.      Cada vez me siento peor………»

 

Este escrito refleja el día a día de cualquier persona trabajadora, tenga la función que tenga, en una sucursal de Banco Santander.

Si por alguna cosa se ha caracterizado este 2014 que ya está finalizando es por un clima laboral nefasto, que lejos de mejorar con el paso de los meses, lo que hace, aunque parezca imposible, es empeorar a pasos agigantados. El desastre está alcanzando cuotas inaceptables; seguimos con una tecnología propia del siglo pasado, el trabajo operativo sigue aumentando, la aplicación del modelo comercial incrementa la presión para conseguir unos objetivos inalcanzables, siguen con la exigencia de un número desmesurado de reportes, muchos de ellos duplicados, hay multiconferencias a todas horas, etc. Si a todo esto, le añadimos la dramática falta de plantilla, es más fácil de entender el panorama que nos encontramos a diario con jornadas interminables, presiones desmedidas, amenazas continuas, incumplimiento de los acuerdos, negación sistemática a la conciliación… En definitiva, un desprecio total y absoluto a la plantilla, lo que comporta un deterioro inadmisible de la salud y de las condiciones laborales de los  trabajadores y trabajadoras.

Mientras tanto, desde la Alta Dirección llevan tiempo con un mensaje de cambio, especialmente reforzado desde la llegada de la nueva Presidenta, un mensaje de renovación a fondo de las formas y los métodos de trabajo, recogiendo propuestas realizadas por CCOO. Pero ese discurso no llega a la red de oficinas, ese discurso, por ahora sigue siendo solo una esperanza teórica.

Sabemos que los cambios necesitan tiempo, que incluso hay resistencias internas, pero la plantilla está exhausta y necesita de forma inmediata cambios que mejoren nuestro día a día; cambios que reconduzcan el deplorable clima laboral que tenemos; signos de que el discurso no se va a quedar solo en palabras.

Mientras tanto, desde CCOO seguimos trabajando con ilusión y esfuerzo en la mejora del clima laboral, por ello vamos a denunciar con toda la contundencia posible y en todos los ámbitos, las actitudes tóxicas de cierto personal directivo, así como los incumplimientos que se hagan de las nuevas directrices. Todo aquel que comprometa la profesionalidad de su equipo, todo aquel que no haga de la Conciliación un eje fundamental de trabajo; todo aquel que amenace, maltrate a la gente de su equipo…tendrá enfrente a CCOO.

Como ejemplo del desastre que vivimos a diario en las oficinas, os ponemos unas fotos suficientemente ilustrativas.

 

foto1 foto2 foto3 foto4

4 pensamientos en “Desastre en la oficina

  1. Pues imaginaros lo que hay en las oficinas de 1 (SÍ 1 Sólo). Con 39º de fiebre vas y abres a ver si hay suerte y mandan a algún compañero, si tienes que coger algún día por que se muere tu padre o tu madre, a lo mejor tienes suerte y puedes llegar al funeral, si te vas de vacaciones p. ej. el día 20 para el 21 ya han encontrado a alguien para cubrir la oficina. A parte multiconferencias en horarios de atención al público, Agenda planificada(que es imposible de realizar aunque luego tiene que estar en «verde») INUTIL. Y eso que este es el mejor Banco de ……… no sé que.

  2. Menudo Diciembre estamos teniendo…las filas son continuas, las caras de los clientes son puro poema, sus miradas parecen que nos quieren fulminar … ¿De donde sale tanta gente? Un consejo: entre cliente y cliente, respirar hondo, hacer una pequeña pausa, y seguir adelante, y nunca ¡¡¡nunca!!! echarnos la culpa de la situación.

  3. Las oficinas están petadas y casi no podemos hablar con los compañeros pero tambien es cierto que si se apuesta por la banca online, corremos el riesgo de que el Banco prescinda de gente y sea todavía peor…

Replica a Teresa Cancelar la respuesta